martes, 31 de enero de 2017

Las malas prácticas tienen consecuencias

Llevamos desde hace unos días una cascada de noticias, como un banco tras otro deciden dejarse de mandangas y abonar, a cada cliente hipotecado, lo pagado de más por la clausula suelo. Sin poner excusas, sin hacer recortes. Con intereses y todo. Y a iniciativa del propio banco.

Pero a esta situación no se ha llegado sin esfuerzo y sin sufrimiento. Para empezar, las miles de acciones judiciales de los propios interesados, en todas las instancias nacionales y europeas. Hasta Bruselas ha llegado el clamor de los clientes tan injustamente tratados por estas entidades. Lógicamente, el Gobierno intervino para poder orden e impedir que se colapse la justicia. Les ha sugerido a los bancos que sean diligentes y que se dejen de excusas. Lo que estos días han decidido los dos bancos nacionalizados es toda una declaración de intenciones. Mientras hablaba el presidente de Bankia, daba la impresión de que en cualquier momento se paraba y empezaba a soltar billetes a los interesados. Parece increíble, pero a esto hemos llegado.

Pero los bancos no son tontos. Saben que estaban perdiendo juicio tras juicio por las clausulas suelo y que, encima, les condenaban en costas. Por tanto, aprendieron la lección y han decidido tomar ellos la iniciativa y no acudir a los tribunales. Habrán pensado que ya está bien de pagar las minutas de los miles de abogados de sus clientes hipotecados.

Por otro lado, esto supone un duro varapalo en sus cuentas. Pero lo asumen en un año de recuperación y crecimiento. Mucho mejor que hacerlo así que en un año de vacas flacas. Y no es mucho dinero, comparativamente, y se lo pueden permitir. Desde luego, mucho menos que los pufos inmobiliarios que aparecieron en sus balances después del estallido de la burbuja inmobiliaria (pufos que ahora afloran en POPULAR, por ejemplo).

Pero no era éste el motivo de la reflexión. El acercamiento que quiero hacer al tema es el del título del post: las malas prácticas bancarias, o comerciales, o políticas, o de lo que sea, suelen pasar factura. Antes o después. 

Si se creían que podían utilizar su posición ventajosa, en connivencia con constructoras y promotores inmobiliarios, con el visto bueno de ayuntamientos y comunidades autónomas (hay que recordar que la mayoría de las clausulas suelo las pusieron cajas de ahorros que hoy en día están absorvidas por bancos. Y esas cajas de ahorro estaban controladas por las comunidades autónomas), sin luego asumir las consecuencias, estaban muy equivocados. Al final, los pecados salen a la luz y las malas prácticas se vuelven contra los que las utilizaron. No hay crimen sin castigo, al menos en economía, ni error sin consecuencia. Y ahora les estalló en sus manos y deben resolver la patata caliente.

Apliquémonos en cuento si estamos en el mundo de los negocios. Al final lo mal hecho se sabrá. Y el que lo haya realizado, deberá pagar por ello.

En fin, no quiero parecer aquí el que conjura las diez plagas bíblicas. Pero tengo que reconocer que me alegro mucho por lo que está pasando y espero que los bancos devuelvan hasta el último céntimo y, además, con intereses.

Si alguno está en esa situación y ya ha cobrado o espera hacerlo, me alegro mucho por él. Eso sí, con ese dinero que se cuide mucho de repetir errores y "apostar" por los bancos. Es un consejo, nada más.

Un abrazo muy fuerte a todos

Julio

viernes, 20 de enero de 2017

El IBEX en manos extranjeras

La semana pasada salió la noticia de que, por vez primera, más del 50% del capital de las empresas del IBEX 35 estaba en manos extranjeras. Este tema tiene relevancia y sabéis que me gusta dedicar un tiempo a seguir documentándome y a la reflexión personal antes de tratarlo en el blog. Pero me parece un dato lo suficientemente importante como para no pasarlo por alto. Y veremos que tiene consecuencias para nuestra operativa.

Pensar que los capitales se mueven únicamente en el mundo buscando la sóla rentabilidad, sin más factores a tener en cuenta, es un poco ingenuo. Está claro que la rentabilidad es un punto importante, pero también lo es el riesgo. Y este está muy asociado a la "marca país". Y en esta percepción influye la situación económica, política, social, institucional, etc. Y también entran en juego, a veces, sentimientos que podríamos llamar "patrióticos" por definirlos de alguna forma. Estos últimos están jugando y jugarán un papel en el BREXIT del Reino Unido. Aunque con limitaciones. Uno está dispuesto a tolerar una menor rentabilidad y un mayor riesgo por invertir en su país hasta cierto punto, está claro.

Pues bien, el que el IBEX 35 esté mayoritariamente en manos extranjeras supone, desde mi punto de vista, un mayor riesgo de volatilidad para la bolsa española. Ese plus "patriótico", o "nativo" o como lo queramos llamar que hace que un inversor esté dispuesto a aguantar "carros y carretas" desaparece totalmente en los fondos foráneos que lo único que quieren es rentabilidad al menor riesgo posible.

Por tanto, si nuestra cartera está muy cargada de empresas del IBEX, cosa que no me parece mal e incluso puede ser algo natural para los que vivimos dentro de la piel de toro, necesitamos de elementos estabilizadores para evitar o disminuir esa volatilidad. Volatilidad, está claro, que no es mala de por sí y que para los que vamos a largo tiene también ventajas porque nos permite comprar más barato. Pero puede tener importantes efectos en la economía esa volatilidad en la entrada y salida de capitales, haciendo a las empresas muy dependientes de los mismos. Y al país en general también. 

La única manera de "defendernos" en este caso es, paradójicamente, no invertir más en el IBEX, sino invertir fuera, en lugares y naciones que estén descicladas respecto a España. E invertir fuera lleva trabajo y cuesta esfuerzo. Pero merece la pena.

En fin, hoy es la toma de de posesión de Trump. Veremos qué nos depara con su discurso y sus primeras acciones, aunque habrá que esperar por lo menos 100 días para ver por donde van los tiros. Y, en cualquier caso, los efectos económicos de algunas de sus probables decisiones tardará años en notarse, quizá cuando él ya no esté en el poder. Es lo que tienen los populismos...

Un abrazo

Julio



jueves, 12 de enero de 2017

Los populismos de derechas darán oportunidades de compra

Hola. Lo primero, Feliz Año Nuevo a todos. Creo que durante 2017 no os libraréis fácilmente de mí, aunque quizá sí veáis un menor ritmo de mis entradas. Lo importante es que nos veamos y charlemos de vez en cuando...

Comienzo con la entrada. En economía parece que todo da igual, que no importa tener más o menos déficit, que no importa estar dentro o fuera de una zona de libre comercio, una regulación bancaria seria, seguridad jurídica o una clase media solvente. Para los populismos parece que todo es lo mismo. Y en un primer momento las circunstancias les dan la razón, ya que la economía se mueve muy lentamente y muchos efectos se notan por causas sobrevenidas muchos años antes. 

Hoy me gustaría reflexionar sobre los populismos de derechas más importantes que tenemos ahora en el hemisferio occidental, que son los republicanos norteamericanos con el "efecto Trump" y los tories británicos con su "brexit significa brexit". Ambos los lideran partidos de derechas, conservadores y cristianodemócratas. Y al que le extrañe que exista un populismo de derechas, es que todavía tiene que documentarse un poco más en esto de la política.

Y estos dos (nuevos, pero antiguos) populismos van a crear distorsiones en el mercado que ocasionarán, antes o después, ocasiones de compra de empresas en bolsa.

Veamos más despacio cada uno de estos casos:

1. En el caso norteamericano, el futuro presidente Donald Trump ya ha dejado claro que la época de la movilidad de bienes y de personas (inmigración legal e ilegal) en el hemisferio norte americano se ha acabado. Lo primero quiere dificultarlo con un proteccionismo a ultranza que incluye las tasas a la importación o, por lo menos, la amenaza de esas tasas. Es quizá más efectiva la simple amenaza, ya que el imponerlas lleva a romper formalmente la zona de librecomercio NAFTA, con todo lo que ello significa. Respecto a la movilidad de personas, la quiere impedir completamente, al menos la emigración ilegal, mediante la construcción de un muro físico. 

Ambas barreras tendrán consecuencias en el sector manufacturero USA, que tiene, como en todas las economías desarrolladas, un crítico problema de costes. El no poder reducir estos costes, bien sea deslocalizando fábricas o importando mano de obra barata llevará a aumentar su ineficiencia general y dificultará sus exportaciones. Por tanto, habrá ocasiones de compra futuras en este sector. Es mejor esperar unos años a que afloren y, en ese momento, buscar un buen momento para comprar.

También la subida del dolar dificultará las exportaciones, en este caso de todos los sectores. No sé si alguno de vosotros se acuerda de la era REAGAN: frente a un auge económico inicial, llegó un lento declive que desembocó en una crisis económica que se solventó con devaluaciones y mejora de la eficiencia tecnológica. Fue el resurgir en la era CLINTON.

2. En el caso británico, la pérdida de acceso al mercado único va a hacer que los efectos sobre la economía sean mucho más patentes en poco tiempo. Mucho más tiempo llevará el que aflore la pérdida de talento por la deslocalización de empresas no manufactureras o por los previstos obstáculos a la inmigración de trabajadores cualificados. Noticias como que se pondrá una tasa a las empresas que contraten a no británicos no hace más que confirmarme en la sospecha de que la radicalización en sus posturas va a llevarles, más pronto que tarde, a un declive económico y a la depresión. 

En este caso, las oportunidades de compra serán generales, amparadas por una libra devaluada y unas empresas con actividad económica en contracción. Sólo hay que ser paciente y esperar...

Bueno, esta es mi opinión, un poco descarnada. La dejo para el debate.

Un abrazo

Julio