Hemos hablado estos días de como al reventar una burbuja de deuda pública (la de las hipotecas subprime era de deuda privada), los primeros afectados serían bancos y aseguradoras, fondos de inversión y todos los instrumentos de ahorro colectivo incluyendo fondos de pensiones. En general, todos los poseedores de deuda soberana de España. Pero el terremoto no acabaría ahí. En una segunda oleada se vería afectada toda la deuda pública emitida en España, incluída la del fondo eléctrico para financiar el déficit de tarifa y de todas las empresas públicas y semi publicas a todos los niveles (nacional, autonómico y local). Un castillo de naipes muy bien construido pero que caería entero.
En una tercera oleada, la deuda privada también se vería muy afectada. Para empezar la de todas esas grandes empresas, muy endeudadas, y que representan a la marca España a nivel internacional: Telefónica, Iberdrola, Enagás, ACS, SACYR, Ferrovial, OHL, Albertis, etc.
Y como es el objetivo de este blog, no nos quedaremos sólo en esto. Nos preguntamos, una y otra vez, cómo podemos poner a salvo nuestras inversiones. Y la respuesta vuelve a ser la misma: diversificar, disminuir el riesgo de poner todos nuestros ahorros en la cesta de un solo país. Hay que apostar por España y las empresas españolas, claro que sí. Pero no más de lo que yo haría por empresas americanas, británicas, alemanas o australianas. O de países emergentes con seguridad jurídica como Brasil o México. Tenemos que globalizar nuestra inversión desde el primer momento. Y no sólo por países, sino por sectores, vehículos de inversión y por tiempo. El tener todo en la bolsa, o repartido entre la renta variable y la renta fija, también es un riesgo.
¿Y de que otros instrumentos de ahorro nos podemos servir para diversificar respecto a la renta fija y la renta variable? Pues hay muchos y accesibles legalmente desde nuestro propio país: propiedades inmobiliarias distintas de la vivienda habitual (que a diferencia de lo que mucha gente cree no es una inversión), fondos y empresas vinculados a materias primas, el oro y divisas, preferentemente el dólar y la libra esterlina. También podemos apostar por fondos vinculados a empresas tecnológicas, sanitarias o en países en vías de desarrollo. En REITs, como recientemente nos han explicado y recomendado en otros blogs como DON DIVIDENDO.
Pero hablar de estos instrumentos de inversión alternativos (o complementarios) a la renta fija y la renta variable da para varios post. Lo dejaremos para otro día, querido lector. Y mientras, que el analizar y meditar sobre estos posibles nubarrones que se ciernen sobre nuestros ahorros no nos impida disfrutar el día a día y de estas fechas tan señaladas. Que tengáis todos una feliz entrada en 2015...
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