Uno de los riesgos más importantes para nuestras inversiones en bolsa somos nosotros mismos. Siempre existe la posibilidad de que tomemos decisiones erróneas por precipitación, falta de reflexión y de estudio. Otro de los enemigos imponentes que llevamos dentro es la soberbia "financiera". Básicamente consiste en pensar que todo lo que hacemos está bien, que el tiempo nos dará la razón y que los demás se equivocan.
Una de las mejores maneras de combatir esa soberbia "financiera" es con el estudio y la reflexión. El darnos cuenta de que sabemos muy poco, que nos queda mucho por aprender y que los que genios en esto de la inversión se equivocan pero siempre recomienzan y aprenden de sus errores.
Hace poco leí dos cosas de Warren Buffett que me han dado motivos para la reflexión: que siempre está leyendo y estudiando sobre inversiones y bolsa y que hace poco anunció que con Tesco se equivocó. Reconocer los errores delante de todos sus inversores le honra. A veces esto nos cuesta hacerlo incluso a nosotros mismos. Nos empecinamos en una inversión, ciegos, sin ver que lo que hay que hacer es asumir pérdidas, pasar página y recomenzar de nuevo.
Hace años la información y formación financiera era muy inaccesible. Había que hacer algún curso, leerse los pocos manuales que había traducidos del inglés y "escuchar a los que saben". Hoy hay miles, millones de blogs y páginas web que nos pueden dar esa información, que pueden servir para adquirir cultura financiera. El concepto de "libro" esta evolucionando y ya los formatos digitales conviven con él sin problemas e incluso lo están sustituyendo. Leer artículos y blogs por Internet nos puede dar una buena formación, siempre que, al igual que los libros, los seleccionemos con mucho cuidado.
El estar siempre dispuestos a aprender, a ser flexibles y variar nuestros esquemas según evolucionen los acontecimientos nos mantendrá "jóvenes" en bolsa, actualizados y dispuestos a coger lo bueno de lo que vemos por ahí y a dejar de lado los aspectos negativos que de vez en cuando aparecen.
Hay que APRENDER, APRENDER Y APRENDER. La formación no acaba nunca y según sepamos más, nos iremos dando cuenta de lo ignorantes que somos y cuánto nos queda por conocer. Así seremos menos manipulables por el poder, menos impresionables por lo que nos cuentan algunos periodistas económicos y estaremos dispuestos a dar buenos consejos a los que nos los pidan. Aunque hoy por hoy, en temas finacieros, muchos españoles funcionamos con cuatro ideas que hemos visto en televisión o leído en alguna revista. Con esos cuatro clichés nos creemos siempre en posesión de la verdad y nos es casi imposible reconocer nuestros errores. Nos cuesta mucho argumentar nuestras opiniones (sólo hay que ver 5 minutos un debate televisivo) y nos creemos que el "me gusta/no me gusta" es la medida de la realidad. Las opiniones son irrelevantes si no van acompañadas de argumentos, de datos, de hechos. Soy el primero que se aplica ésto a sí mismo...
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