Hola. Lo primero disculparme por esta perogrullada que he puesto como título. La verdad es que hoy me gustaría reflexionar sobre la AVARICIA en bolsa, y no sabía qué título ponerle. Y creo que puede ser muy interesante pensar sobre nuestros objetivos porque la avaricia nos puede hacer perder mucho dinero en bolsa. Es más, considero sano no tener apego a nuestras inversiones, a nuestras empresas, a nuestro broker, a nuestros precios de entrada, a la estrategia... Nada de esto nos puede ayudar para lo que se pretende, que es ser flexible y capaz de tomar decisiones racionales, bien pensadas y sin influencias de ningún tipo, nada más que económicas.
Una vez hecha esta introducción, quería decir que de cometer errores de inversión no estamos exentos nadie. De vez en cuando veo ABENGOA, GOWEX, OHL, FCC, BANKIA en alguna cartera VALUE e incluso B&H. No las critico porque yo soy capaz, en alguna ocasión, de comprar "trullos" parecidos. De lo que sí debemos estar muy pendientes es de no cometer ningún error grave, de estos que dejan la cartera para el arrastre y nuestras ilusiones por los suelos. Y uno de los factores que puede llevarnos a ese error insalvable es la avaricia. Y esa avaricia puede venir de tener un objetivo final claro pero no muy bien marcados los objetivos intermedios.
Todos tenemos un objetivo final parecido en este negocio, que es hacer que se forme "la bola de nieve" y que ésta, con el rodar de los años, vaya siendo cada vez más y más grande. Pero esa bola no se formará si cada "X" años le pegamos un buen bocado en forma de error grave de estrategia. Fijaros que digo "de estrategia". Los errores pequeños y tácticos, como comprar unas acciones de ABENGOA, o de GOWEX, son subsanables y perfectamente remontables. Lo que es un error irreversible es que, poco a poco, vayamos perdiendo el norte de lo que vamos haciendo, enmarañándonos y metiéndonos en camisas de 11 varas. Unas veces será por aburrimiento, otras por curiosidad, pero la mayoría de las veces por avaricia, por dar ese fantástico "pelotazo" que muestre a todos y, en especial, a nosotros mismos que somos la leche y que al final sí sabemos y no como otros...
Pues sí, el título es una perogrullada pero es totalmente cierto, el dinero no da la felicidad. El hacer excelentes compras y ventas de valores no da la felicidad. El ver que se revalorizan un montón nuestras acciones no da la felicidad. El recibir unos dividendos de la leche no da la felicidad. El ser humano cada vez quiere más, sobre todo de lo material, y al final no nos conformamos con nada y lo queremos todo. También en bolsa, por supuesto.
Por ello creo que es importante marcarse objetivos intermedios realistas y compatibles con vivir bien y disfrutar de la vida. No pasa nada porque nos pongamos una meta de ahorro y otra de inversión (como dije en otros post, no son lo mismo) y que una vez cumplidas en el año nos relajemos y sepamos darnos un capricho. O dárselo a alguno de nuestros seres queridos. Las metas pueden ser anuales, bianuales o para un conjunto de años. Como sabéis que tengo una vena didáctica, pongo un ejemplo:
OBJETIVO ANUAL 2016: Ahorrar un 15% de nuestros ingresos netos, de los cuales invertimos un 10%. No reinvertir los dividendos (o sí), dependiendo de cada uno.
OBJETIVO 2020: Tener una cartera de X valores (no más de 10), con todas las posiciones cubiertas (siendo cada posición de XX euros).
Una vez que hemos cumplido el objetivo no lo reformulamos para, por avaricia, ponérnoslo más grande o ambicioso. Tampoco, si no hemos llegado, bajamos el listón, sino que lo mantenemos para el año que viene. No caigamos en una especie de "CARRERA DE LA RATA BURSÁTIL" donde cada vez queremos tener más capital invertido, más acciones, más dividendos, más, más, más.
Y termino con una frase que repito mucho a mis hijos: la avaricia rompe el saco. En este caso el saco somos nosotros, nuestra salud física y mental, nuestras ilusiones.
Un abrazo muy fuerte
Julio
Todos tenemos un objetivo final parecido en este negocio, que es hacer que se forme "la bola de nieve" y que ésta, con el rodar de los años, vaya siendo cada vez más y más grande. Pero esa bola no se formará si cada "X" años le pegamos un buen bocado en forma de error grave de estrategia. Fijaros que digo "de estrategia". Los errores pequeños y tácticos, como comprar unas acciones de ABENGOA, o de GOWEX, son subsanables y perfectamente remontables. Lo que es un error irreversible es que, poco a poco, vayamos perdiendo el norte de lo que vamos haciendo, enmarañándonos y metiéndonos en camisas de 11 varas. Unas veces será por aburrimiento, otras por curiosidad, pero la mayoría de las veces por avaricia, por dar ese fantástico "pelotazo" que muestre a todos y, en especial, a nosotros mismos que somos la leche y que al final sí sabemos y no como otros...
Pues sí, el título es una perogrullada pero es totalmente cierto, el dinero no da la felicidad. El hacer excelentes compras y ventas de valores no da la felicidad. El ver que se revalorizan un montón nuestras acciones no da la felicidad. El recibir unos dividendos de la leche no da la felicidad. El ser humano cada vez quiere más, sobre todo de lo material, y al final no nos conformamos con nada y lo queremos todo. También en bolsa, por supuesto.
Por ello creo que es importante marcarse objetivos intermedios realistas y compatibles con vivir bien y disfrutar de la vida. No pasa nada porque nos pongamos una meta de ahorro y otra de inversión (como dije en otros post, no son lo mismo) y que una vez cumplidas en el año nos relajemos y sepamos darnos un capricho. O dárselo a alguno de nuestros seres queridos. Las metas pueden ser anuales, bianuales o para un conjunto de años. Como sabéis que tengo una vena didáctica, pongo un ejemplo:
OBJETIVO ANUAL 2016: Ahorrar un 15% de nuestros ingresos netos, de los cuales invertimos un 10%. No reinvertir los dividendos (o sí), dependiendo de cada uno.
OBJETIVO 2020: Tener una cartera de X valores (no más de 10), con todas las posiciones cubiertas (siendo cada posición de XX euros).
Una vez que hemos cumplido el objetivo no lo reformulamos para, por avaricia, ponérnoslo más grande o ambicioso. Tampoco, si no hemos llegado, bajamos el listón, sino que lo mantenemos para el año que viene. No caigamos en una especie de "CARRERA DE LA RATA BURSÁTIL" donde cada vez queremos tener más capital invertido, más acciones, más dividendos, más, más, más.
Y termino con una frase que repito mucho a mis hijos: la avaricia rompe el saco. En este caso el saco somos nosotros, nuestra salud física y mental, nuestras ilusiones.
Un abrazo muy fuerte
Julio
Tienes toda la razón.
ResponderEliminarPero es duró ver día tras día tu cartera en rojo y rojo.
Y cuando ves q vas recuperando ocurren días como hoy y otra vez a empezar.
Tienes toda la razón.
ResponderEliminarPero es duró ver día tras día tu cartera en rojo y rojo.
Y cuando ves q vas recuperando ocurren días como hoy y otra vez a empezar.
Hola José. Yo ya no miro el color de mi cartera. Lo hago desde hace muchos años, por higiene mental y por falta de tiempo. Prefiero concentrarme en el futuro (acciones que sigo) en vez del pasado (acciones que tengo). Si de verdad nunca las vas a vender, el color de tu cartera es irrelevante.
EliminarÁnimo, compañero, hay vida después de un un jueves marron!
Recibe un fuerte abrazo
Julio
Hola, Julio,
ResponderEliminarEntiendo el sentido general de lo que dices, pero me has dejado un poco descolocado. Particularmente no veo nada malo en reformular objetivos siempre que esos objetivos no dominen tu vida personal, y dejes de dedicar dinero a vivir y a disfrutar de la vida.
Esta semana leía en otro blog, no recuerdo cual, que teníamos que aprender a gastar dinero, que después de seguir durante muchos años una rutina de ahorro y austeridad, teníamos que desaprender para disfrutar del resultado de nuestro esfuerzo. Yo no lo veo así. Hay que ahorrar e invertir, pero sin descuidar el disfrute en el camino. Lo que también es verdad es que ese disfrute depende de la costumbre y que, si estás acostumbrado a un cierto nivel de vida, superarlo no nos aporta un extra de felicidad.
Un abrazo,
Czd
Hola CZD. Totalmente de acuerdo con lo que dices en el segundo párrafo. Respecto al primero, lo que puede ser una virtud (el ahorro y la austeridad) puede convertirse en un vicio nefasto si se vive sin medida. "La corrupción de lo óptimo es lo peor" decían los clásicos. Por eso hay que fijar objetivos de ahorro e inversión antes de empezar el nuevo año de modo ambicioso y realista. Con flexibilidad cambiarlos cuando hay imprevistos no previstos (ya que hay imprevistos previstos) y si no luchar por cumplirlos. Si no se cumplen, se intentan recuperar al año siguiente ( de acuerdo con el objetivo plurianual). Y si se cumplen, a sentarse y descansar. Se pueden hacer muchas cosas si vamos bien de dinero, por nosotros mismos, nuestra familia y los demás ( y el orden esta puesto adrede).
EliminarRecibe un fuerte abrazo. Que descanses
Julio
Hola Julio , el dinero no da la felicidad, tienes razón...tienes toda la razón. No sabes lo que lloro yo, contando billetes de 500. ¡qué trabajo más tedioso y triste!, Nos pasa a los 4 cabrones que tenemos perras en este país ...Y nadie comprende nuestra tristeza, je,je,je.
ResponderEliminarBueno, pero por lo menos puedes contar cochecitos de niños no vendidos en tu gran empresa gracias al espíritu de reciclaje de CZD!
EliminarUn abrazo!
Eso fue irónico? ��
ResponderEliminarJajaja. Claro que sí. En cambio lo que es totalmente cierto es que PPP se pone triste contando billetes de 500. ¡Se aburre un montón! Voy a ver si le ayudo...
EliminarLo de los cochecitos es porque él, últimamente, se autodefine como vendedor de carritos para niños en el blog de cazadividendos. Date una vuelta por los comentarios del post sobre la reutilización y te reirás un rato...
Un saludo
Julio