Hola de nuevo. Pretendo en esta entrada desarrollar el primer punto del pasado post sobre "Ventajas competitivas". Os tengo que reconocer que es de las pocas veces que me pongo a escribir con pereza y desgana. El motivo es muy simple. A diferencia de otras ocasiones, en las que escribir unas pocas líneas me lleva varios días de pensamiento, análisis y maduración, esta vez tengo las ideas muy claras y preconcebidas de ante mano. Incluso noto que mi opinión, en este caso concreto, tiene algo de visceral e irracional. Por eso he decidido romper con mis esquemas habituales y empezar por la que debería ser la conclusión final: NO VOY A INVERTIR NI EN BANCOS NI EN ASEGURADORAS, sobre todo nacionales. Debería haber llegado a esta conclusión después de un análisis crítico, como os tengo acostumbrados. La verbalización de mis ideas suele darme argumentos a favor o en contra. Pues esta vez no voy a ser discursivo. Me limitaré a mostraros algunos hechos en los que se basa la actitud que he tomado:
1. Se está formando, a nivel mundial, una gran burbuja de deuda pública soberana. Esto lo explico en las primeras entradas de este blog.
2. Los bancos y aseguradoras, además de fondos y planes de pensiones, son los principales propietarios de esta deuda.
3. Los bancos españoles siguen recuperándose todavía de nuestra última burbuja, la inmobiliaria, en la que fueron actores principales. Siguen con los balances tocados aunque es cierto que van, poco a poco, arreglando entuertos.
4. Desde hace unos años los BPA de la banca española son decrecientes. Parece que en este 2015 subirán si...
5. ...no cambia por enésima vez la regulación, siendo esta cada vez más restrictiva en gestión del riesgo y del capital.
Estos cinco "mandamientos" se resumen en dos: en caso de insolvencia de una entidad (por colapso de sus activos en deuda, por ejemplo) no habrá más rescates, ni nacionales ni europeos. No pagarán más los contribuyentes sino sólo dos colectivos: LOS ACCIONISTAS Y LOS POSEEDORES DE DEUDA SUBORDINADA. Esto significa que, como el balace se descompense y haya que asumir pérdidas, puedes usar tus acciones para jugar en el Monopoly con tus hijos o con tus sobrinos (el que los tenga, claro).
Ya sé que muchos opináis "esto que dice Julio, aunque es exagerado, podría pasar, pero en caso de producirse no será de la noche a la mañana, habrá señales y tendré tiempo de sacarlo todo". Pues no sé vosotros, yo era de los últimos en enterarme en clase de que la chica que me gustaba ya salía con otro. Era de los que las señales tenían que medir decenas de metros y estar marcadas con dobles bandas de luminosos fluorescentes para poder verlas. Vamos, que si compro Santanderes se me tiene que aparecer el espíritu de Don Emilio Botín, con halo luminoso de santito y todo, para decirme que los venda corriendo, que hay pufo. Y aun así, pensaría que algo me sentó mal anoche antes de entender esto como una "señal".
Pues como soy de los que hace de vez en cuando el Camino de Santiago sin nada más que una mochila, un saco, un par de calzoncillos y unos eurillos (pocos), pues no quiero que a la vuelta alguien me diga que la chica que me gustaba en clase ya es madre de familia con chalet, jardín, perro y todo. Vamos, que desconecto de vez en cuando y no quiero que la rentabilidad de mi cartera dependa de estar pendiente de "señales" de pinchazo de burbujas o de agotamiento de ciclos. No sólo duermo a pierna suelta, sino que me gusta tomarme vacaciones "bolsísticas" un par de veces al año y esos días estar tranquilo sin consultar cotizaciones, leer periódicos económicos o empapuzarme de otros blogs.
Bueno, pues como la conclusión final ya os la puse al principio, me despido pidiéndoos comprensión por esta mala entrada, escrita un poco precipitadamente. Seguro que la próxima me pilla más inspirado y es más de vuestro agrado...
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