domingo, 21 de diciembre de 2014

El problema de la deuda pública

Hoy me gustaría lanzar a la palestra un tema complejo: el cómo afectará a nuestras inversiones actuales y futuras la burbuja de deuda pública que se está formando en España y en otros países como Grecia. En todos ellos el problema no sólo es la deuda pública, sino un déficit público incontrolado y persistente. En el caso de España y Grecia esto puede verse agravado con la irrupción en la escena política de formaciones más o menos populistas que, por lo menos, van a proyectar sobre el mercado de deuda ("los prestamistas") dudas razonables sobre si recuperarán el 100% de su inversión y al interés acordado. No quiero entrar a hablar de política y de lo que esos nuevos actores políticos harán o dejarán de hacer. Lo que nos interesa es prepararnos para su aparición en la escena y para tener en cuenta las posibles consecuencias en nuestras inversiones.
En el post de hoy me gustaría lanzar una reflexión sobre un primer círculo de influencia de un posible estallido de la burbuja de deuda pública y déficit público en España y en Grecia. Con la vista puesta en Italia, Bélgica o Japón (aunque estos países no tienen tanta dependencia de la financiación externa). Mi reflexión es sobre la conveniencia de reestructurar nuestras carteras dejando fuera a los principales poseedores de deuda pública, como son los bancos y las aseguradoras. Un "default" en la duda pública (y como "default" me refiero no sólo a la quiebra total del Estado, sino también a cambiar las condiciones originales con la que esa deuda salió al mercado, bien sea por pago de intereses, plazos de devolución, carencias, quitas parciales, etc) puede tener consecuencias desastrosas. Incluso aunque estas condiciones se renegocien y se pacten por casi todos, como pasó en Argentina. Esto supondrá pérdidas para bancos y aseguradoras, bajará su beneficio y dividendo, amén de una cascada de efectos de mayor calado.
El tema está servido. Seguiremos hablando...

2 comentarios:

  1. Buenos días julio,
    Es la primera vez que escribo en tu blog. Lo descubrí hace poco y me gusta.
    Que habrá reestructuración a medio plazo es evidente. Ahora bien, yo creo que dejarán fuera de la misma a los tenedores de deuda particulares. A los no institucionales. Ya se sabe, eso no da votos.
    De todos modos, antes de ir a una quita como tal veremos fórmulas más complejas como alargar los plazos o convertir en deuda perpetua, cosas así.

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    1. Hola Chema. Efectivamente un problema complejo no tiene soluciones sencillas. A mi personalmente me preocupa el efecto de esa reestructuración, suavizada o no, en nuestros activos. Creo que nos pede venir bien ver como se las gastan los países centrales de la Unión con periféricos problematicos. Para mi, lo que paso con Chipre fue paradigmático. Allí todos pagaron: depositantes de +100.000, bonitas y accionistas de los bancos. La verdad es que después de ver eso conozco gente que elimino los bancos de su cartera. Son muy complejos de analizar y no sabemos que pufos esconden en sus balances. Esto me lleva a ser muy cuidadoso en mis inversiones, en mirarlas y remirarlas antes de comprar. Que algo este de moda me da mala espina. Y ahora lo están los bonos públicos y privados. Y me fijo en lo que no esta de moda. Ahora exactamente en las marterias primas. Cuando se vuelvan a poner de moda ya será demasiado tarde...

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