Cuando uno empieza un post con este título, la primera reacción instintiva es definirlo como "lo que hacen otros". Tendemos a pensar que nuestra operativa es la repanocha, que sabemos un montón de todo y que nuestras equivocaciones son casi inexistentes. Y, lamentablemente, no es verdad. Cometemos errores de inversión con mucha más frecuencia que la que pensamos. En cambio, solemos tildar de errores algunas cosas que no lo son tanto. Me explico.
Según pasan los años como inversor en bolsa, y aumenta nuestra experiencia, nos vamos creyendo si no genios, por lo menos unos especialistas "casi sabios". De los que todo lo ven venir y tienen la respuesta más apropiada para cada circunstancia. Nos creemos situados en plena "pomada" bursátil. En esta situación, nuestra capacidad de análisis crítico se ve menguada por una creciente soberbia que nos hace pensar que lo que hacemos está bien y que lo que hacen otros está mal. Y esta situación nos deja más indefensos y nos hace más proclives a los errores de inversión. De esos que cuesta reconocer y que nos hacen perder dinero. Mucho o poco, no lo sé. Según lo gordo que haya sido.
Porque esa sería la primera definición de error de inversión, lo que nos hace perder dinero. Por tanto, una inversión en bolsa no se convierte en error hasta que se materializa una venta con minusvalías. Por eso nos cuesta tanto rotar cartera, porque supone aflorar y hacer patente un error de inversión. Pero hay errores chiquitos (que cometemos todos con frecuencia) y errores de bulto. De esos que nos hacen perder no centenares, sino miles de euros. Este tipo de error es más esporádico, menos frecuente, pero cuando se produce suele ser por un importe superior a 10 o 12 errores más frecuentes y pequeños. Estos son los errores que hay que evitar, los que dejan tocadas a las carteras y de los que cuesta un tiempo recuperarse. Dan al traste con las ganancias de uno o varios años. Y nos suelen dejar no sólo tocados, muchas veces hundidos y con un pie fuera del mercado.
Estos deben ser los errores que debemos evitar a toda costa, aunque no es fácil. Lamentablemente este tipo de errores se cometen o muy al principio o ya al final, cuando decidimos poner fin a una situación insostenible.
Hay algunas empresas de nuestra cartera que pueden darnos la impresión de ser errores de inversión. Bien sea porque nos parece que no se revalorizan lo suficiente o hay problemas con el dividendo. Por eso es muy importante tener bien claro nuestro objetivo y lo que pretendemos con ese valor. Si lo tenemos por el dividendo y lo paga religiosamente y con una rentabilidad decente (3, 4, 5, 6%, depende de la exigencia de cada uno) entonces no es un error de inversión, aunque esté en rojo en nuestra cartera. Si lo tenemos por el dividendo y lleva un tiempo sin pagarlo, entonces sí lo es nos pongamos como nos pongamos. En ese caso, si no hay expectativas de que vuelva a repartirlo en un futuro inmediato, lo mejor es venderlo y asumir las pérdidas. Reconocer, ante nosotros mismos en primer lugar, que nos hemos equivocado. Si lo teníamos por inversión VALUE entonces el tema es más peliagudo. Entra en juego el plazo temporal, el tiempo que teníamos previsto para que esa empresa se revalorizara un determinado porcentaje. Y evaluar, en ese caso, si nos hemos equivocado es mucho más complejo. Por eso yo no practico directamente este tipo de inversión. Porque aunque sea a largo requiere tomar bastantes decisiones en el corto plazo, y puede llegar a quitarnos el sueño el determinar si nos estamos equivocando o no. Y para mí no hay nada más importante que dormir tranquilo. Prefiero encomendársela a un gestor de fondos.
Desde luego, de los errores de inversión, grandes o pequeños, se aprende un montón. Yo lo he hecho. Sólo deseo para mí y para vosotros que este aprendizaje sea lo más barato posible. Aprender palmando miles de euros no se lo deseo a nadie. Mejor, antes que eso, comprarse un buen libro.
Y vosotros, ¿qué errores de inversión habéis cometido?
Un abrazo
Julio